domingo, 21 de julio de 2013

Inicio
Domingo 21 de julio de 2013

Ángeles, la víctima


Por  Alejandra Rodríguez Lic. en Artes Combinadas (UBA), docente de educación superior.
Desde que se conoció la muerte de Ángeles Rawson, la maquinaria mediática nos invita insistentemente a participar del minuto a minuto del caso. Como si se tratara de un continuado de la serie Criminal Minds en tiempo real. Su posible resolución se actualiza en cada movimiento de la Justicia y la policía, televisado en vivo y en directo. Participamos, cual espectadores interactivos, en el día a día de los vericuetos judiciales e investigativos del crimen, no sólo observando los acontecimientos sino, en muchos casos, tomando partido por alguno de los involucrados en la causa. Muchos formadores de opinión presentan y comentan el caso diariamente al mejor estilo de Sherlock Holmes. Los programas de chimentos y de noticias hicieron del caso el eje de su programación, tal es así que las figuras del espectáculo y las celebridades televisivas fueron reemplazadas por un coro compuesto por especialistas en criminología, peritos, médicos psiquiatras o abogados que recorren los distintos programas, opinando, conjeturando, interpretando el hallazgo de supuestas evidencias o, en muchos casos, de sus ausencias. Todos creen tener elementos para conjeturar sus hipótesis del crimen. A partir de aquellos datos que la Justicia revela, cada cual arma su juego. Así, la narrativa mediática hegemónica no sólo se ocupa de explicar el crimen sino que impone una manera de comprenderlo, abordarlo y pensarlo: la crónica policial.
La reiteración incansable de fotos de Ángeles presentadas en pantalla dividida con la imagen de Mangeri, el portero, saliendo de Tribunales esposado y escoltado por policías, mientras una voz en off cuenta las últimas novedades de la investigación. Así, el caso se actualiza en la instancia del espectáculo, en esta imagen repetida una y mil veces. En la lógica de la maquinaria mediática el crimen-espectáculo no puede ser clausurado. El negocio de lucrar con el morbo. Así funciona el poder del relato televisivo.
La pregunta por los motivos de la pregnancia del caso en la opinión pública, debería ser un punto de partida para desplegar reflexiones que permitan trazar algunas respuestas, más allá de la crónica policial o el morbo social. ¿Qué tipo de subjetividad se produce a partir de su espectacularización? ¿Qué planteos sociales están ausentes a la hora de narrar el crimen? ¿Qué puede decir de la sociedad este caso? ¿Para qué se usa el morbo?
En el capítulo 5 de El decálogo de Kristoff Kieslowsky, el juez Eugenio Zaffaroni reflexionó sobre la culpa a partir del film No matarás, en cuya trama un joven asesina sin motivo alguno a un taxista y es condenado a la pena de muerte. “Estaban todos contra mí”, dice el protagonista antes de su ejecución. Zaffaroni se preguntó entonces por qué la sociedad apela a una medida de venganza como la pena máxima. El hecho es el pretexto para estar con el acusado, dijo después. Siguiendo su misma línea de reflexión, ¿el caso Ángeles es un pretexto para estar con el acusado o con la víctima? ¿Es posible inscribir su muerte en la cadena de femicidios que se vienen sucediendo en nuestra sociedad? Ojalá este caso sea un pretexto para estar con la víctima, para estar con Ángeles y con todas aquellas mujeres víctimas de la violencia.
Por último, ¿qué posibilidades quedan? Tal vez se trate de construir o reponer otras narrativas que se desmarquen de la “crónica policial” impuesta por la maquinaria comunicativa.

8 comentarios:

  1. Muy bien Alejandra, qué bueno que estés publicando.

    Acerca de la nota me quedo con la última pregunta sobre si hay otras alternativas.
    Creo que hay una pregunta de difícil respuesta. ¿los medios venden o la gente compra? Mejor planteada sería: ¿donde está el origen de esta situación, en que los medios ofrecen estos espectáculos o en que la gente los pide?
    Al respecto creo que el tema de fondo es por qué razón la gente "compra" morbo; de la misma manera que compra chismes de la farándula o de las familias reales o los detalles intrascendentes de los futbolistas o consume porno.

    Digo que esa es la pregunta de fondo porque lo que sí está más claro es el por qué los medios publican ese tipo de cosas. Una primera razón es comercial. Estas cosas mejoran las ventas. Pero otra razón de peso es que de esta forma se mantiene al conjunto de la sociedad (o buena parte de ella) en un actitud pasiva, consumista, acrítica.

    Esto está claro, los medios masivos son un instrumento de consolidación y mantenimiento de la sociedad capitalista, materialista y consumista.

    Al respecto creo que son muy interesantes ciertas propuestas que están surgiendo en américa latina. Buen ejemplo son los procesos de Bolivia y Ecuador que plantean una sociedad del "buen vivir" en contraposición del "mejor vivir". Entendiendo que el mejor vivir puede ser una aspiración permanente, una búsqueda infructuosa de alcanzar.
    O también el intento del socialismo del siglo XXI chavista, modificando el antiguo concepto de defensa al consumidor creando el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios. No hablan de "consumidor" hablan de las personas.

    Ahora, por qué la gente demuestra un interés morboso, un interés a lo desagradable es una pregunta de difícil respuesta.

    Te mando un beso

    Juan

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno ale, como siempre, invitando a pensar desde distintas miradas...

    Gracias por compartirlo!!!

    ResponderEliminar
  3. Que bueno Ale, gracias por compartirlo con nosotros!

    ResponderEliminar
  4. Me gustó mucho tu nota, Ale!!
    Besos y nos vemos,

    ResponderEliminar
  5. Ale,
    leí tu trabajo y al toque fui a agarrar la Filosofía del derecho de Hegel. Me hiciste releer los parágrafos 316 a 318 del texto de Hegel. Y me quedé pensando en el aspecto ilustrado de la puesta obscena del caso de AR. Por un lado, con los medios hablando con peritos, abogados, tiempos procesales, etc. es como si uno asistiera a un curso breve de derecho penal y procesal penal. Por otro lado, el carácter obsceno del tratamiento habla de la imposibilidad de esa ilustración. En rigor, se asiste a la alimentación del morbo porque, entre otras infinitas cosas, la pregunta que surge en la mentalidad masculina promedio es: ¿AR estaba buena o no? y cosas por el estilo.

    Bueno, no es un gran comentario el mío pero fue para donde disparó mi intelecto apenas leí la nota.

    Abrazo
    Martín

    ResponderEliminar
  6. Gracias por compartir la nota con aquellos que no siempre leemos "Miradas al sur". Muy buena e importante reflexión.
    Lo que me preocupa es el cuerpo el mail en donde usted lo dirige a los "Estimadxs". Por el bien de la memoria de Cervantes, de Borges, Saer, miles de autores más y sobre todo, de nosotros mismos, usemos el "Estimados y estimadas". No se combate al capitalismo ni la dominación ni las estigmatizaciones empezando por combatir el idioma. Si no, le sugiero que intente escribir nuevamente su nota (solo es un ejemplo) respetando que cada vez que haya una palabra de género gramatical femenino o masculino, la reemplzace por una que lleve una "xs" en el final. Con el mayor de los respetos y esperando que tome este comentario como tal (un comentario respetuoso), la saludo muy cordialemente,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Daniel
      Gracias por leer la nota y por tus comentarios..
      Un cordial saludo,
      La pródiga,

      Eliminar
  7. Muy buena nota. Maneja los matices y se hace la pregunta que cualquier ciudadano común se cuestiona y reflexiona sobre algo que se ha incrustado en nuestra sociedad en inclinación al morbo. Comparándolo con libros y relatos de celebridades. Excelente!!!

    ResponderEliminar